Branding para entretenimiento solidario: la identidad dinámica de CoinPlay
En centros comerciales y espacios públicos de distintas ciudades, CoinPlay había logrado algo único: convertir un gesto sencillo, soltar una moneda y verla girar, en un acto de recaudación para causas importantes. Pero esa magia, ese momento en el que la moneda gira y atrapa todas las miradas, aún no tenía un símbolo que lo representara. CoinPlay buscaba una identidad que capturara esa mezcla de juego, energía y generosidad. Fue entonces cuando Whitebird Agency entró para transformar esa experiencia cotidiana en una marca inolvidable.
Una visión en movimiento: hacer visible el espíritu del juego
La intención de CoinPlay era clara: querían un logotipo que hablara por sí solo, que evocara dinamismo sin esfuerzo y que transmitiera la alegría que sienten quienes participan. La marca necesitaba verse moderna y accesible, pero también cargada de propósito. El desafío era equilibrar diversión y credibilidad, asegurando que el diseño conectara tanto con niños curiosos como con adultos que buscan apoyar causas sociales.
Diseñar la diversión: un remolino que invita a participar
Whitebird Agency tomó como inspiración el famoso embudo de monedas: el movimiento circular, la aceleración, la hipnosis visual. De ahí nació un logotipo donde la “c” se convierte en un remolino en acción, y donde el trazo fluido guía la mirada hacia la palabra “play”, reforzando la esencia lúdica de la marca.
La paleta cromática combina negro para la solidez y azul para la frescura, creando un contraste que llama la atención sin resultar estridente. El diseño, limpio y versátil, se adapta con facilidad a cualquier escala: desde señalización en centros comerciales hasta aplicaciones móviles y materiales de recaudación. Cada elemento está pensado para comunicar un mensaje simple: participar es divertido, y cada moneda cuenta.
Un remolino de impacto: una identidad que atrajo más miradas y más apoyo
El lanzamiento del nuevo branding generó un efecto inmediato. La identidad revitalizada despertó mayor curiosidad en los transeúntes, impulsando la participación en los embudos y multiplicando la intención de donar. CoinPlay comenzó a notar cómo la combinación de color, forma y dinamismo convertía cada punto de recaudación en un pequeño espectáculo. El flujo de participación creció de manera visible, y la marca encontró una reconexión natural con su público: un diseño que hacía que cada persona quisiera acercarse, mirar y sumarse.
La historia continúa: donde cada giro inspira a dar un poco más
CoinPlay demuestra que el diseño puede transformar un acto cotidiano en una experiencia memorable y significativa. Cuando una marca encuentra la manera de combinar diversión y propósito, cada interacción se vuelve más valiosa.
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